La profesión más importante, sin embargo la menos valorada...
Me pregunto cuántos miles de profesores y profesoras, deben existir en el mundo, que ejercen una labor silenciosa, de vocación y que sueñan que cada uno de sus alumnos pueda lograr un mejor futuro gracias a la educación. Estos profesores y profesoras logran que los estudiantes accedan a una mejor calidad de vida, rompiendo el circulo de la pobreza al otorgarles herramientas para cambiar su realidad.
En Chile, según las estadísticas, hay 220 mil profesores en todo el país, más del 70% son mujeres, ganan casi $600 mil al quinto año de ejercicio y, entre 1° básico y 4° medio, cada niño pasa cerca de 12 mil horas junto a un profesor. Si calculamos, nuestros jóvenes y niños pasan desde los 9 años hasta los 17, la mitad de su tiempo acompañados por sus profesores y ellos son los encargados de su formación. A pesar de la importancia que tiene un docente en la vida de sus alumnos, la valoración social de esta profesión se ha perdido durante los años.
Se ha discutido mucho sobre cómo mejorar la calidad de la educación, pero también habría que trabajar más profundamente el principio de que, para lograr una educación de calidad, se deben tener docentes que se sientan valorados y respetados en su profesión, ya que ser profesor es estar llamado a entregar un servicio profundamente social, tener el deseo de impactar en la vida de las personas, conjuntamente con las ganas de mejorar la sociedad. Ellos demuestran día a día que la educación es la herramienta más importante y trascendental para combatir la pobreza.